El 10 de octubre se celebra el Día Mundial de la Salud Mental. Por este motivo hemos querido reflexionar sobre la relación entre el vitiligo y la estabilidad emocional de las personas afectadas.
El Día Mundial de la Salud Mental está dedicado este año a la prevención del suicidio. Cada año, cerca de 800.000 personas se suicidan consituyendo la segunda causa de mortalidad entre los jóvenes de 15 a 29 años. El vitíligo y otras enfermedades de la piel afectan especialmente al equilibrio emocional de estos pacientes.
En algunas ocasiones os hemos hablado de que el vitíligo constituye motivo de bullying. Tristemente, este acoso ha llegado a llevar al suicidio a algunos jóvenes. Por ello los dermatólogos insisten en que es esencial realizar un enfoque multidisciplinar del tratamiento del vitiligo que permita detectar trastornos de tipo psicológico asociados a esta enfermedad.
Np hay que obviar que las personas con vitíligo tienen alrededor de un 20% más de alteraciones psiquiátricas que el resto de la población.
La mayoría de las personas con vitíligo son diagnosticadas antes de los 30 años. Unas edades muy sensibles desde el punto de vista emocional. El diagnóstico puede producir un gran impacto, deteriorando la autoestima de los pacientes y provocando dificultad en las relaciones sociales y ansiedad por la incertidumbre sobre la evolución y tratamiento de la enfermedad
Tampoco hay que pasar por alto que el estrés emocional puede acelerar o desencadenar vitíligo en personas con predisposición a presentarlo.
40 segundos para actuar
Cada 40 segundos se suicida una persona y por ello se ha elegido el eslogan “40 segundos para actuar”. Para sumar fuerzas en la prevención del suicidio, combatir el estigma que lleva asociado y hacer saber a las personas que están pasando por momentos difíciles que no están solas.
Recuperamos aquí el testimonio de Winnie Harlow, que en sus años de adolescencia asegura que tuvo muchos pensamientos suicidas por los comentarios hirientes hacia su piel y su vitiligo. Su historia puede inspirar a muchos/as jóvenes que se sienten abatidos por el diagnóstico de la enfermedad.