Tratamientos biológicos, inmunosupresores orales, fototerapia…. La dermatitis atópica es una enfermedad cutánea inflamatoria y crónica que requiere de varios frentes terapéuticos para lograr resultados.
La dermatitis atópica es una enfermedad de la piel de tipo inflamatorio. Inflamación, eccema, enrojecimiento, descamación, picor, sequedad… son algunos de sus síntomas.
Se calcula que en España tienen dermatitis atópica entre el 10 y el 15% de los niños y alrededor del 3% de los adultos. La enfermedad puede llegar a ser muy invalidante afectando seriamente la calidad de vida de estos pacientes.
Las pieles atópicas se caracterizan por su sensibilidad, provocada por el debilitamiento de la barrera cutánea.
El tratamiento de la dermatitis atópica ha de abarcar varios frentes para lograr resultados:
- Evitar los factores exacerbantes: exposición a determinados tejidos (optar por el algodón frente a la lana y la fibra sintética, usar detergentes suaves para lavar la ropa), cambios bruscos de temperatura, etc.
- Reducir la sequedad cutánea. Reforzar la hidratación, con tratamientos hidratantes-emolientes, dado que las pieles con dermatitis atópica tienen tendencia a la deshidratación. Evitar los baños y el agua excesivamente caliente y usar jabones phNeutro o Syndet.
- Controlar el prurito. Esto suele hacerse a través de antihistámicos que deberán ser recetados por el dermatólogo.
- Tratar la inflamación. En algunos casos habrá que recurrir a tratamientos antiinflamatorios durante los brotes de la enfermedad.
- La exposición al sol y en su defecto la fototerapia producen un efecto inmunosupresor.
Fototerapia y dermatitis atópica
El 80% de los casos de dermatitis moderada mejoran con fototerapia, según los datos de la Academia Española de Dermatología y Venereología.
En Abedul Productos Farmacéuticos comercializamos una lámpara de fototerapia doméstica de banda estrecha para el tratamiento de los brotes de dermatitis.
Este tipo de fototerapia es menos perjudicial para la piel por su menor penetración respecto a los rayos UVA.
La fototerapia de banda estrecha se queda con los efectos positivos de la radiación, excluyendo la radiación más peligrosa (la que supera los 300nm, que provoca el enrojecimiento de la piel pero no tiene ninguna propiedad terapéutica).